ORAR CON EL SALMO 1

1. INVOCACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD.

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

2. CANTO. Feliz será.

Feliz el hombre que no ha puesto su esperanza en el dinero,

ni se instala en las cosas de esta vida,

ni se deja corromper aunque le cueste.

FELIZ SERÁ, FELIZ SERÁ, FELIZ SERÁ.

Feliz el hombre que no inclina su frente al poderoso,

ni traiciona al compañero de trabajo,

ni renuncia a la lucha del presente.

Feliz el hombre que no sigue los caprichos de la moda,

ni hace caso de anuncios engañosos,

ni se deja llevar por charlatanes.

Feliz el hombre que no vende su inquietud ante amenazas,

ni claudica de su rumbo ya trazado,

ni se hunde en el silencio de los cómplices.

Feliz el hombre que encamina su pasos por tus sendas,

él será como un árbol grande y fuerte

que da sombra y alegría al caminante.

2. LECTURA DEL SALMO.

1 ¡Dichoso el hombre que no sigue

el consejo de los impíos,

ni en la senda de los pecadores se detiene,

ni en el banco de los burlones se sienta,

2 mas se complace en la ley de Yahveh,

su ley susurra día y noche!

3 Es como un árbol plantado

junto a corrientes de agua,

que da a su tiempo el fruto,

y jamás se amustia su follaje;

todo lo que hace sale bien.

4 ¡No así los impíos, no así!

Que ellos son como paja que se lleva el viento.

5 Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos,

ni los pecadores en la comunidad de los justos.

6 Porque Yahveh conoce el camino de los justos,

pero el camino de los impíos se pierde.

4. RELECTURA DEL TEXTO.

Intente repetir el texto de memoria, no importa que cambie algunas palabras, pero ojalá pueda poner lo mejor de su parte. Si necesita volver a leerlo, puede hacerlo en este momento. A continuación algunas notas exegéticas en tónica contemplativa.

"Dichoso el hombre" (v. 1)

El salmo comienza con la palabra más hermosa de la Biblia, "Dichoso". Qué palabra tan sencilla, pero tan profunda que resuena en todo corazón humano; no hay quien no la desee, ni siquiera los más ateos e indiferentes se escapan de este deseo. Pero sobretodo la ansían los pobres.

Leamos el siguiente texto de Lucas, donde se nos presenta a Jesús dirigiendo a los pobres sus bienaventuranzas.

"Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios. Bienaventurados los que tenéis hambre ahora, porque seréis saciados. Bienaventurados los que lloráis ahora, porque reiréis. Bienaventurados seréis cuando los hombres os odien, cuando os expulsen, os injurien y proscriban vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del hombre. Alegráos ese día y saltad de gozo, que vuestra recompensa será grande en el cielo. Pues de ese modo trataban sus padres a los profetas." (Lc 6, 20-23)

  • Dichoso es lo mismo que bienaventurado. Es el que vive feliz, pleno y realizado porque ha puesto su suerte en Dios y espera con paciencia su voluntad.
  • La dicha o bienaventuranza, por tanto, no es para los hartos, ni para los que basan su felicidad en el dinero explotando a los pobres, ni para los que poseen cargos honoríficos.
  • La dicha o bienaventuranza es para los que, optado por el Hijo del Hombre, sufren lo que Él padeció por causa de la justicia, la paz y el amor.
  • La dicha o bienaventuranza está dirigida de un modo preferencial a las víctimas de nuestros errores.

Para su vida.

¿Le gustaría ser dichoso o ya lo es? ¿Si se considera dichoso, por qué cree que lo es y si no se considera dichoso, por qué cree que no lo es? ¿Qué te haría sentir dichoso y qué te quita la dicha?

El dichoso y el injusto: dos opuestos.

En el versículo 1, el salmista nos presenta al dichoso y al justo al mismo tiempo, como si uno sin el otro no existieran.

"Que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el banco de los burlones se sienta" (v. 1)

Son dichosos quienes luchan día a día renunciando a las seducciones del mundo.

  • Los impíos, los pecadores y los burlones son las mismas personas. Aquí les vamos a llamar injustos a todos por igual.
  • El dichoso no es un injusto y por esto entran en confrontación.
  • Entre ellos se da un enfrentamiento necesario. El dichoso no tolera la injusticia y el injusto, la rectitud.
  • La máxima felicidad del injusto es hacer del dichoso un injusto y desdichado. Si no lo logra, lo perseguirá a muerte hasta asesinarlo. Recordemos a Jesús, el dichoso que nunca renunció al camino de la justicia.
  • El dichoso es quien sabe esquivar las estrategias del injusto. Primero, no debe seguir sus consejos; segundo, no debe caminar por sus sendas y tercero, no debe sentarse en sus asambleas como si fuera uno de ellos.

Para su vida.

¿Se considera dichoso o injusto? ¿Cree que existen dichosos que no hayan sido tentados? (recuerde a Jesús en el desierto) ¿Has sido piedra de tropiezo para personas dichosas?

Dos figuras.

El salmista nos trae dos preciosas figuras para contemplar la bellezaEs posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen. del dichoso y la fealdad del injusto.

El dichoso "es como un árbol plantado junto a corrientes de agua, que da a su tiempo el fruto, y jamás se amustia su follaje; todo lo que hace sale bien." (v. 3)

En muchos pasajes de la Biblia, se representa al dichoso como a un árbol grande y fuerte, pero no autosuficiente, sino dependiente de Dios. Leamos el salmo 92 y luego contemplemos la imagen del Sauce que tenemos a la derecha.

"Florece el justo como la palmera, crece como un cedro del Líbano. Plantados en la Casa de Yahveh, dan flores en los atrios del Dios nuestro. Todavía en la vejez producen fruto, se mantienen frescos y lozanos." (Sal 92 (91), 13-15)

  • La corriente de agua (río) nos representa a Dios. El que siempre está allí para dar vida en abundancia.
  • El árbol plantando junto al río es el dichoso. Es el que depende absolutamente de Dios para vivir, pero que se ve bello y eterno mientras está unido a El.
  • Así como el árbol sin el río se seca y se muere, así el dichoso, sin Dios no es nada.

Para su vida

¿Imagina su vida sin Dios? ¿Si no, quién podría sostenerlo a usted? ¿Quién más tiene palabras de vida eterna? ¿Alguna vez ha basado su felicidad en personas, en dinero, en títulos, en logros o en sí mismo? ¿Se considera un árbol bello plantado junto a la corriente de agua?

El injusto: "¡No así los impíos, no así! Que ellos son como paja que se lleva el viento. Por eso, no resistirán en el Juicio los impíos, ni los pecadores en la comunidad de los justos." (v. 4-5)

Contemple la imagen de estas personas tEs posible que tu navegador no permita visualizar esta imagen.rillando en medio de un viento fuerte.

  • ¡No así los impíos, no así!. Los injustos no son dichosos en verdad, aunque en algunos momentos piensen que lo son.
  • La paja y, con mucha mayor facilidad, el tamo representan lo que no sirve para nada, lo que no tiene peso, lo que no tiene vida.
  • La paja o el tamo son los injustos.
  • El viento no es Dios, sino la misma vida, que no sólo amenaza a los dichosos, sino también a los mismos injustos.
  • El final del injusto no es el de la dicha o de la felicidad, sino el mismo de la paja o el tamo: la muerte.

Lea el siguiente texto de Mateo en la clave del: "No así los impíos".

"Entonces dirá también a los de su izquierda: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el Diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; era forastero, y no me acogisteis; estaba desnudo, y no me vestisteis; enfermo y en la cárcel, y no me visitasteis." (Mt 25, 41-53)

En su vida.

¿Ha creído, alguna vez, ser feliz sin Dios? ¿Ha pensado que es tan inteligente o tan fuerte o no se qué, que no necesita de nada, ni de nadie? ¿Cree que es capaz de vencer la fuerza del viento a pesar de ser tamo o paja?

La clave para alcanzar la dicha.

De parte del hombre o la mujer: "Se complace en la ley de Yahveh, su ley susurra día y noche!" (v. 2)

  • Quien queda complacido, satisfecho, lleno o harto no pide más.
  • La ley de Yhvh es la voluntad del Señor para los hombres y mujeres, revelada en la Escritura y la Tradición de la Iglesia.
  • Quedar complacido con la ley de Yhvh es dejarlo todo por ella, incluso la vida misma.
  • Lo único que nos basta es la Palabra de Dios; por eso el dichoso la susurra, la busca, la lee, la medita, la estudia, la ora y la practica siempre: día y noche.
  • Jesús la susurró en el Getsemaní: "no sea como yo quiero, sino como quieras tú" (Mt 26, 39).

Para su vida.

¿Dónde están sus complacencias? ¿Se considera una persona dichosa, capaz de dejarlo todo para cumplir la Voluntad de Dios? ¿Qué está esperando para ser dichoso y ganarte el Reino? ¿Hoy está susurrando la Palabra?

De parte del Señor: "Yahveh conoce el camino de los justos, pero el camino de los impíos se pierde." (v. 6)

Desde el Deuteronomio reconocemos que el Señor da al ser humano la opción de elegir entre el camino de la vida y el de la muerte; diríamos aquí, el camino del árbol plantado junto al río o el del tamo soplado por el viento.

"Mira, yo pongo hoy ante ti vida y felicidad, muerte y desgracia. Si escuchas los mandamientos de Yahveh tu Dios que yo te prescribo hoy, si amas a Yhvh tu Dios, si sigues sus caminos y guardas sus mandamientos, preceptos y normas, vivirás y te multiplicarás; Yahveh tu Dios te bendecirá en la tierra a la que vas a entrar para tomarla en posesión. Pero si tu corazón se desvía y no escuchas, si te dejas arrastrar a postrarte ante otros dioses y a darles culto, yo os declaro hoy que pereceréis sin remedio y que no viviréis muchos días en el suelo que vas a tomar en posesión al pasar el Jordán. Pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra: te pongo delante vida o muerte, bendición o maldición. Escoge la vida, para que vivas, tú y tu descendencia, amando Yahveh tu Dios, escuchando su voz, viviendo unido a él; pues en eso está tu vida, así como la prolongación de tus días mientras habites en la tierra que Yahveh juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob. (Dt 30, 15-20)

  • Tenemos ante nosotros dos caminos opuestos.
  • El camino de la vida y el de la muerte. Se opta por la vida cuando se escucha la Palabra y se opta por la muerte cuando se la rechaza.
  • Son testigos de nuestra opción "el cielo y la tierra", es decir el aquí y el ahora.
  • Yahveh nos pide escoger el de la vida, el otro camino, aunque Él no quiera, es una realidad.

Para su vida

¿En verdad cree que seguir la Voluntad de Dios conduce a la dicha, a la felicidad? ¿En verdad cree que la Palabra es fuente de vida para su vida? ¿Va a orientar su vida conforme a la Palabra que le da a usted plenitud?

5. PETICIÓN DE LOS DICHOSOS DE HOY.

Como hemos visto, seguir el camino de la vida es susurrar la Palabra de un modo tan profundo, que hace de quien la escucha, ser la encarnación de Yhvh.

Piense unos instantes en personas que son testigos de dicha o bienaventuranza. Si la oración es comunitaria, se puede invitar a que cada uno exprese en quien ha pensando y luego, eleve, por ese testimonio, una oración espontánea. Si la oración es personal, le pedimos que ore al Señor por esos testigos y haga, a partir de allí, una oración espontánea.

6. PADRE NUESTRO Y SUSURRANDO EL SALMO.

Es la oración que nos enseñó nuestro Señor Jesucristo. ¡Qué mejor oración que ésta! Es precisamente la oración de un justo que se abandona en la voluntad de su Padre y con su entrega hasta la muerte (y una muerte de Cruz) nos da testimonio de la verdadera grandeza del justo: derramar su sangre por sus amigos y por “sus enemigos”.

Oramos el Padre Nuestro, pero antes de decir Amén, susurramos el Salmo recreándolo. Para esto se puede volver a leer y a partir de allí cambiar palabras, dar más fuerza a algunas, cambiar el orden, etc.

Padre Nuestro que estás en el Cielo,

santificado sea tu nombre,

venga a nosotros tu Reino,

hágase tu voluntad así en la tierra como en el Cielo.

--- Susurramos el Salmo ---

Danos hoy nuestro pan de cada día,

perdona nuestras ofensas

como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden

--- Susurramos el Salmo ---

No nos dejes caer en la tentación

y líbranos de todo mal.

--- Susurramos el Salmo---

Amén.

7. ORACIÓN FINAL.

Para la oración final utilizaremos un texto de Jeremías; un hombre lleno Dios, asesinado por sus paisanos por la causa de Yhvh.

"Se presentaban tus palabras, y yo las devoraba; era tu palabra para mí un gozo y alegría de corazón, porque se me llamaba por tu Nombre Yahveh, Dios Sebaot." (Jr 15, 16)

8. BENDICIÓN Y CANTO.

Luego de la bendición se puede volver a entonar “Feliz el hombre”.

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