Jesús se despedía de sus Apóstoles, hablando siempre del Espíritu Santo; con su Corazón conmovido porque iba a dejarlos huérfanos; pensando en un consolador para ellos, en el Paráclito, que les endulzara el dolor de su ausencia, y los preparara a las persecuciones, suplicios y cárceles haciendo rebosar de júbilo sus corazones con el Espíritu Santo. "Promesa del Padre", 124, llama san Lucas a la venida del Espíritu Santo, porque es la realización de todos los planes de la bondad de Dios para con los hombres. La fe nos enseña que el Espíritu Santo está atento y pendiente de cada uno de nosotros, que nos sigue a todas partes, que "habita en nuestros corazones", 125, que quiere hacernos santos. Entonces, ¿cómo no serlo, si lo tenemos más cerca que nosotros mismos? ¿Cómo languidecer en la vida espiritual, si llevamos con nosotros a la misma actividad? Jesús da a los Apóstoles el Espíritu Santo como consolador: "Conviene que Yo me vaya, porque si no me voy, el Espír...
1. INVOCACIÓN A LA SANTÍSIMA TRINIDAD. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. 2. CANTO. Feliz será. Feliz el hombre que no ha puesto su esperanza en el dinero, ni se instala en las cosas de esta vida, ni se deja corromper aunque le cueste. FELIZ SERÁ, FELIZ SERÁ, FELIZ SERÁ. Feliz el hombre que no inclina su frente al poderoso, ni traiciona al compañero de trabajo, ni renuncia a la lucha del presente. Feliz el hombre que no sigue los caprichos de la moda, ni hace caso de anuncios engañosos, ni se deja llevar por charlatanes. Feliz el hombre que no vende su inquietud ante amenazas, ni claudica de su rumbo ya trazado, ni se hunde en el silencio de los cómplices. Feliz el hombre que encamina su pasos por tus sendas, él será como un árbol grande y fuerte que da sombra y alegría al caminante. 2. LECTURA DEL SALMO. 1 ¡Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los impíos, ni en la senda de los pecadores se detiene, ni en el b...
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